Llevo prácticamente un año sin escribir ninguna entrada en este blog, y creo que ya va siendo hora de retomarlo. No he parado de consumir mierda -ni videojuegos, ni anime, ni literatura, desde luego-, y hasta cierto punto he pasado por un desarrollo personal bastante importante; he borrado mis antiguas cuentas de redes sociales para ''re-empezar de cero'', he encontrado trabajo y he ido purgándome de ideas que quizás no me terminaban de beneficiar del todo. De la misma manera entiendo Elden Ring. Llevo jugando esta saga desde que tengo aproximadamente 16 años. Os puedo asegurar que en todo este tiempo he cambiado radicalmente. El chavalín depresivo que lloraba al ver los créditos de Bloodborne por quinta vez consecutiva en una semana no es el mismo chavalote depresivo que estás leyendo. Ah, por cierto, esta reseña puede tener spoilers, o al menos lo que yo hubiera considerado spoiler si yo hubiera leído esta reseña antes de jugar o durante mi walkthrough de Elden Ring (también os digo, yo soy muy cabezón con estas cosas, no voy a decir nada que sea esencicalmente de historia y tal); igualmente quiero ser algo compasivo con todos aquellos que todavía no lo han jugado o terminado, así que el siguiente párrafo va dedicado a vosotros.
Elden Ring es fácilmente la obra magna de Hidetaka Miyazaki, es el videojuego que contempla cada uno de los avances que ha aportado a la industria del videojuego, tanto en diseño de niveles, como en puro gameplay, como en diseño narrativo y estética (o lo que viene siendo fusilar Berserk). Tiene fácilmente las zonas más impresionantes que he llegado a ver en un mundo abierto, algunas fácilmente abrumadoras de lo jodidamente grande y complejas que son. Toda mi aventura en las Tierras Intermedias ha seguido una épica que no he podido explorar casi en ningún otro videojuego. He tardado 80 horas en obliterar a todos los jefes del juego, y por tanto explorar todas las zonas, y siento que todavía tengo una barbaridad de cosas por hacer, lugares que visitar y misiones que seguir. Objetivamente es el mejor juego de la saga. La única pega en un sentido global que puedo poner a Elden Ring es que hay demasiados enfrentamientos que no rellenan el cupo de memorabilidad que sobrepasan batallas como Artorias, Midir, Gwyn, Gael, Ornstein y Smough, Friede, Lady Maria, Gehrman, etc.; sencillamente hay muy pocos combates así en Elden Ring. Aunque los hay... sí, los hay...
A Dark Souls le sienta de maravilla el mundo abierto. Es algo que siempre había pensado. Su diseño de niveles me hace pensar más en un mundo semi-abierto que en un mundo abierto de los ortodoxos. Si en la primera entrega de la ya finalizada saga te sentías como una hormiga excavando y explorando el difunto y podrido organismo de una bestia gigante, en Elden Ring te sientes más bien como una hormiga excavando y explorando los difuntos y podridos organismos de una jauría entera. Es apasionante pararte delante de un precipicio y ver a un lado un campamento, al otro una charca -probablemente de algo que no quieres pisar durante mucho tiempo- en la que pueda haber algún que otro enemigo fuerte, al otro lado un fuerte pequeño en el que seguramente estén apostados varios grupos de enemigos y al fondo una ciudad enorme que te espera pacientemente, como desafiándote. Sabes que tienes demasiado camino por delante pero no te importa, quieres ver qué esconde cada ubicación. Quizás puede ser un jefe o quizás una invasión.
Y en concreto respecto a las invasiones, tengo que decir que noto la IA muy mejorada, hasta cierto punto he llegado a notar que casi parece que en From se han fijado en las estrategias usadas por jugadores en el JcJ de Dark Souls 3. Ese spameo de magias, esa esquiva infinita timeada a la perfección, los weapon arts en ese momento en el que estás curando, el no dejarte cuartel alguno para que hagas nada, etc. Se siente muy auténtico, que al fin y al cabo de sde lo que se trata.
Valep, una vez dicho esto voy a empezar a nombrar un par de aspectos a tener en cuenta que he ido apuntando en mi libreta cual snob mientras iba avanzando en mi partida:
Primero os voy a dar algo de contexto; empecé mi primera run como Confessor (imagen a la derecha), una clase que tiene un comienzo mixto entre fuerza, destreza y fe, y si no me equivoco empieza con un poco de nivel más que el resto de clases, menos el Marginado. Lo mismo estoy equivocado porque no dejo de ser el mismo cateto de siempre pero bueno. La cuestión es que empecé a subir niveles tanto en fe como en destreza, sin mejorar tampoco tanto el talismán para milagros de fe y aunque teniendo el arma mejorada casi al +14, no dejaba de ser un arma de destreza (si no recuerdo mal era un estoque). Me había enfocado demasiado en subir esos dos aspectos y no tanto el vigor y la resistencia. Así que tras 15/20 horas de gameplay tenía un personaje demasiado mixto para ser útil. Mi queja principal a estas alturas del juego era que absolutamente TODO me oneshoteaba fuera de Limgrave y Liurnia, las dos zonas principales. Una vez que salía a Leyndell o a Caelid me partían la cabeza. Y normal, con la build de mierda que me llevaba. Una vez que acabé con Rennala y desbloqueé el respec me hice una build de fuerza, me empecé a mejorar el Gran Garrote, y de ahí al final del juego. Si notáis que todo os mata de un solo golpe, por favor, hacedme caso, reiniciad vuestra build con una Larval Tear y tened una idea clara de cómo quereis jugar; ¿A fuerza? pues full a fuerza, ¿A hechizos? pues full a inteligencia, y así. No vais a tener ningún tipo de problema, y si además invocáis, se os va a hacer un paseo por el campo vuestra primera run, y además, es probable que disfrutéis bastante la experiencia y se os haga amena. Elden Ring es un juego demasiado largo, y si os dejan reiniciar vuestra build tantas veces, es quizás porque el juego confía en que queráis hacerlo de vez en cuando.
Otra cosa de la que quería hablar, quizás de una manera no tan extensa, es de que la música toma un rol mucho más importante en este juego que en el resto de juegos de la saga. En Elden Ring la música te va a estar acompañando, dando la mano durante todo el viaje. Por ejemplo, cada una de las zonas del juego tiene su ost que suena mientras estás caminando y haciendo tus mierdas por ahí, la cuestión es que esta ost cambia casi de manera dinámica cuando entras en un combate o cuando sencillamente un enemigo se triggerea. Al ser mundo abierto, es muy difícil que en algunos ambientes estés pendiente de absolutamente todo lo que ocurre a tu alrededor, tienes enemigos a lo largo y ancho del mapa, en los 360º de tu visión, y quizás en ocasiones te puede resultar demasiado difícil ubicarlos, algo esencial en un souls. La música ayuda muchísimo para saber que hay alguien persiguiéndote o directamente atacándote. No vas a ubicarlo directamente, pero al menos vas a estar en alerta, y eso es algo que desde luego ayuda. Han hecho muy buen trabajo con este aspecto.
A partir de aquí no son cosas tan importantes como para dedicarles un parrafo en exclusiva a cada uno, pero al menos significativas como para mencionarlas; me he pasado todo el juego sin la necesidad de craftear un solo objeto. Phoenix y yo lo hablábamos, cosas tan esenciales como un antiveneno o un anti-putrefacción roja no se pueden craftear, o al menos no las hemos encontrado. Nos hemos pasado todo el juego sin poder quitarnos el veneno prácticamente. Es absurdo también como en coop no puedes pasar de un jugador a otro un objeto terminado pero sí los materiales para craftearlo, que en esencia es lo mismo. Otra cosa de la que hablar es de la sustitución de los lagartos de titanita por los escarabajos, que en muchas ocasiones te dan Cenizas de Guerra. Las Cenizas de Guerra son las habilidades del Sekiro pero aplicadas a las armas como Weapon Arts del DS3. Me parece una de las adiciones más inteligentes a este juego, y fácilmente es de lo que puede dar más rejugabilidad y más chica al PVP, ahora ya un arma no tiene por qué estar estancada a un solo Weapon Art (a menos que sea un arma especial y tal, cosas como la Moonveil Katana dan demasiado asco el JcJ lol). Volviendo al tema de los escarabajos, algunos de estos bichitos son de color naranja, y al matarlos rellenan tus frascos de ''estus'' (o viales de lágrimas carmesí/cerúleas, tienen un nombre demasiado largo como para que deje de llamarlos estus). También rellenas tus frascos de estus al acabar con grupos de enemigos, por lo que puedes explorar el mundo libremente durante mucho más tiempo sin necesidad de estar todo el rato pausando en Sitios de gracia (hogueras). La última cosa que quiero decir, al menos en esta primera reseña (porque probablemente caiga un video en youtube dentro de poco, todavía no lo sé), es que sobre todo en el último tercio de juego hay demasiado enemigo reciclado, sobre todo jefes reciclados como enemigos normales. Que ya lo sé, eso también lo hacía Dark Souls y DS3, y hasta cierto punto también lo hacía Bloodborne, también hasta cierto punto en Elden Ring tenía sentido por Lore, pero igualmente me parece una resolución barata a conflictos que se pudieran haber acabado de una manera mucho más creativa y trabajada.
Hoy mismo han parcheado el juego a la versión 1.03, y sinceramente, no puedo evitar estar un poco decepcionado con esto que están haciendo. No simplemente han nerfeado y bufado armas -eso es algo totalmente normal-, sino que han añadido NPCs para poder continuar quests enteras. Qué me estás contando From, eso es algo que no hicieron ni siquiera en Dark Souls 2. Elden Ring debería de haber estado al menos medio añito más desarrollándose para evitar estas cosas, y sobre todo el desbalanceo de algunas armas. Han nerfeado justo las armas que permitían hacer la speedrun sub 30''. En fin, al menos todavía no han entrado en el ajo de las microtransacciones y los NFTs, y su producto desde luego es de calidad. Estoy decepcionado y no dolido porque Elden Ring es fácilmente uno de mis juegos favoritos a día de hoy. Supera objetivamente -que no en un sentido subjetivo- a Bloodborne en el ratio calidad/cantidad. Por eso me duele.
La saga Souls ha crecido conmigo, y no dejará de hacerlo. Ha llegado a uno de sus puntos álgidos, y eso nunca va a dejar de emocionarme. Nunca voy a dejar de soltar una lagrimilla cada vez que vea a Hidetaka Miyazaki en una pantalla de créditos.
Salud.
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